Admito que soy exquisita al
momento de escoger libros. Muchas veces me he pasado entre una y dos horas
leyendo sinopsis intentando de elegir el libro indicado, pero hay otros días en
los que mis ojos captan un título o una portada y en menos de un minuto corro
hacia él y lo llevo a la caja.
Eso me sucedió con “El silencio
se mueve”. Me acuerdo que ese día estaba con mis amigas- ellas con pilas de
libros en las manos cuando me acerqué con la obra de Fernando Marías. Ni el
título ni la portada- blanca con una mancha roja en el centro- llamaba su
atención, pero yo ya quería sentarme a leerlo.
Publicado en 2010 por Ediciones
SM, el libro de Fernando Marías está narrado en primera persona por Juan
Pertierra, quién posee el extraño don de escuchar al silencio. Esto lo aprendió
de su padre, quien podía hacer lo mismo, y lo desarrolló como profesión: en su
página web elsilenciosemueve.com, promociona su oficio en el cual la gente
acude a él en busca de resolver misterios. Así se presenta a Liza, una madre preocupada
por su hija Lisa- una adolescente que parece transportada a otro mundo: casi no
habla y traza dibujos que son escalofriantemente iguales. Juan nota que éstos
tienen relación con su vida, y allí es cuando todo se vuelve interesante.
Dije lo último porque para mí, a
diferencia de muchas otras reseñas que leí online, a mí el libro no me gusto
mucho. Me pareció que la narración era lenta; a veces no podía leer más de dos
carillas porque se tornaba muy denso. Más aún, otra cosa que no me gustó fueron
los diálogos. Quizás es que, al libro estar escrito en el Español hablado en
España, no sentía esa forma de naturalidad de la que se habla en las otras
reseñas que leí.
Sin embargo, hay otros aspectos
que me gustaron y mucho. Uno de ellos es la historia familiar de Juan y su
padre ya que es demasiado perfecta para ser real, pero a la vez se percibe tan
común que resulta creíble. Más aún, ésta relación persiste a lo largo de la
historia, y esto me pareció interesante, ya que un personaje que parecía tener
potencial pero que éste no iba a ser explotado satisfactoriamente resulto
siendo así, y eso me gustó mucho- hasta superó mis expectativas. Fue lo
familiar de la historia que ésta necesitaba, para reemplazar la relación de
Lisa y Liza, con la cual pasaba totalmente lo contrario que en el caso
anteriormente mencionado; la relación resultaba totalmente falsa y hasta me
molestaba leer acerca de ella.
No obstante, debo resaltar el uso
de imágenes y cómics que acompañan la lectura. Para alguien que no leyó el
libro, los dibujos deben parecer como esos que acompañan los libros infantiles.
Pero éstos hacen mucho más que acompañar, nos motivan a seguir leyendo cuando
nos hacen indagar la razón por la cual el autor las eligió. Si bien, y como
admití anteriormente, me costó bastante leer este libro, el querer saber para
qué estaba esa especie de cómic y el significado de la portada me agilizó
bastante la lectura.
Para concluir si tuviera que calificar
al libro en una escala del uno al diez le pondría un cinco; me gustó mucho el
tema y las imágenes, los significados que el autor les daba. Sin embargo no me satisfizo
la manera en la que estaba narrado. Sin embargo, cada uno tiene sus gustos- a
otros les pudo encantar mientras que a mí no tanto.
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